Saray Campos

Estudiante del grado superior de Gestión de Ventas y Espacios Comerciales

Aunque pueda parecer tímida por su juventud -tiene 21 años-, Saray se expresa bien, habla con la seguridad en sí misma que le han transmitido sus padres a base de confiar en ella y en sus capacidades. “Cuando en la ESO yo me quejaba de que no podía, ellos siempre me decían: que tú puedes, que tú lo vas a conseguir…”

Saray es de un pueblo de Córdoba, Carcabuey, y la mayor de cuatro hermanos, que también están estudiando porque sus padres, que no tuvieron esa oportunidad, quieren para sus hijos una vida mejor. “Porque si tú tienes una educación puedes optar a un trabajo”, afirma Saray.

Ella hizo la ESO y luego un grado medio, y para seguir estudiando se trasladó a Antequera, donde está cursando un grado superior de Gestión de Ventas y Espacios Comerciales. Está en segundo y ya este año se gradúa, comenta sonriendo. Fue ella quien eligió este grado y le gusta mucho lo que estudia.

Se siente orgullosa del sacrificio que ha hecho “cuando mis primas salían y yo tenía que quedarme en mi casa estudiando” y de ver que al final el esfuerzo tiene su recompensa.

“Cuando finalice mis estudios y tenga un buen trabajo, sí que me gustaría casarme, tener mis hijos… Aunque también me gustaría hacer el grado de logística, si lo abren en Antequera, y trabajar en una empresa importante, y que vean los gitanos que las mujeres y las niñas que estamos estudiando, podemos llegar a tener un buen trabajo. Ser un referente para los que vienen detrás”.

La familia

Es la mayor de cuatro hermanos de una familia de Carcabuey, un pueblo de Córdoba. Sus padres, vendedores ambulantes, nunca estudiaron. Y precisamente porque no tuvieron esa oportunidad, quieren para sus hijos una vida mejor, y han insistido mucho en que estudien, “porque si tú tienes una educación puedes optar a un trabajo”. Es una afirmación que Saray tiene muy interiorizada desde pequeña.

Sus estudios

Actualmente está cursando un grado superior de ventas y marketing, concretamente Gestión de Ventas y Espacios Comerciales. Está en segundo y ya este año se gradúa (al comentarlo no puede evitar acompañarlo de una sonrisa). Ha sido ella quien ha elegido este grado y le gusta mucho lo que estudia. Lo cursa en un instituto concertado.

Cuando se le pregunta si saca buenas notas, ella contesta: “Sí, aunque bueno, me quedo en el notable… Podría sacar más nota y llegar al sobresaliente, pero me baso en el notable y la verdad es que no me puedo quejar”.

Su vida del día a día

Va a clase por las mañanas. Al volver a casa del instituto, se hace la comida, come, recoge, friega y se pone a estudiar o a hacer trabajos de clase por la tarde. Al comentar que sabe cocinar y limpiar, no puede evitar una sonrisa de orgullo, y se explica: “desde los 12-13 años, siendo ya mayorcita, cuando mis padres se iban al mercadillo yo me encargaba de ayudar con la casa y con mis hermanos”.

¿Qué le gusta a Saray?

Le gusta el flamenco, el cante y el baile, “porque el flamenco es lo mío” Y aunque admite que no sabe bailar ni cantar, es flamenco lo que escucha normalmente”.

Deporte no hace. Iba al gimnasio, pero cuando empezó a estudiar lo dejó. Le gustaría pero no tiene tiempo. Le gusta correr, hacer senderismo, andar en la naturaleza…

¿Qué significa para ti ser gitana?

“Para mí ser gitana es un orgullo. Orgullosa de ser gitana, y orgullosa de ser la única de mis primas que sigue estudiando, que no estoy casada ni tengo niños. Soy un referente para otras, como por ejemplo mi hermana, que quiere ser médico o algo relacionado con la medicina…”

¿Alguna vez has tenido problemas por el hecho de ser gitana?

“Sí, sobre todo en la ESO. Los niños se metían contigo, “gitana, no sé qué…”, pero a mí no me ha importado, lo he dejado estar, no les seguía la corriente”.

¿Qué quieres ser en el futuro?

“Me imagino trabajando en una empresa muy grande, relacionada con lo mío: en el departamento comercial, o de logística… Me gustaría que vean los gitanos que las mujeres, las niñas que estamos estudiando, podemos llegar a tener un buen trabajo. Eso es un referente para los que vienen detrás”.

¿Te vas a poner a trabajar en cuanto termines?

“Sí. Aunque también me gustaría hacer el grado de Logística, si lo abren en Antequera… Eso sería complementario a lo que yo he estudiado”.

¿Conduces?

“Me estoy sacando el carnet. Cuando termine los exámenes me voy a poner a preparar el teórico. La verdad es que lo necesito. En Antequera todas las empresas están en el polígono, y si quiero encontrar trabajo necesitaré el carnet de conducir.

En mi pueblo no puedo encontrar trabajo; hay empresas pero aquí hay muchísimas más empresas, van a montar el Puerto Seco, y tendré más posibilidad de encontrar trabajo”.

¿De qué te sientes tú más orgullosa?

"De lo que más me siento orgullosa es del sacrificio que he hecho -cuando mis primas salían y yo tenía que quedarme en mi casa estudiando- y al final el esfuerzo tiene su recompensa…”.

¿Quién ha sido tu referente?

“Mis padres, que me han ayudado, me han dado todo lo que he necesitado. Y también ellos siempre me han apoyado. Cuando en la ESO yo me quejaba de que no podía, ellos siempre me han estado animando: “que tú puedes, que tú lo vas a conseguir…”

¿Y a quien te gustaría parecerte de mayor?

“A mi prima Vanessa Jiménez. Porque he visto en ella que, si ella ha conseguido estar donde está, con su esfuerzo y su compromiso, todas podemos llegar”.

¿Te gustaría tener tu propia familia?

"Cuando yo termine mis estudios y tenga un buen trabajo, sí me gustaría casarme, tener mis hijos… Pero ahora mismo me centro en terminar el grado superior, hacer las prácticas y tener un buen trabajo”.

¿Te gustaría casarte con un gitano, o con un payo, o te da igual…?

“La verdad… a mí me gustaría casarme con un gitano” (sonríe)

¿Eres religiosa?

"Soy creyente, de la Iglesia Evangélica. Voy al culto, también en Antequera he ido al culto, allí he conocido a muchas personas, he hecho muy buenas amigas…”.

¿Cómo te gustaría que te vieran los demás?

“Como una niña que ha luchado por sus sueños, y que es una mujer trabajadora”.

Saray-web

No es una fotografía, es Saray. Saray es juventud, fuerza y vitalidad. Saray vuela y pisa fuerte a la vez. Es acción y movimiento, un faro para muchas y una luz para mí. No es una fotografía, es Saray.

Marichu López
Fotógrafa Colectivo FAMA

Saray Campos

Saray-web

Estudiante del grado superior de Gestión de Ventas y Espacios Comerciales

Aunque pueda parecer tímida por su juventud -tiene 21 años-, Saray se expresa bien, habla con la seguridad en sí misma que le han transmitido sus padres a base de confiar en ella y en sus capacidades. “Cuando en la ESO yo me quejaba de que no podía, ellos siempre me decían: que tú puedes, que tú lo vas a conseguir…”

Saray es de un pueblo de Córdoba, Carcabuey, y la mayor de cuatro hermanos, que también están estudiando porque sus padres, que no tuvieron esa oportunidad, quieren para sus hijos una vida mejor. “Porque si tú tienes una educación puedes optar a un trabajo”, afirma Saray.

Ella hizo la ESO y luego un grado medio, y para seguir estudiando se trasladó a Antequera, donde está cursando un grado superior de Gestión de Ventas y Espacios Comerciales. Está en segundo y ya este año se gradúa, comenta sonriendo. Fue ella quien eligió este grado y le gusta mucho lo que estudia.

Se siente orgullosa del sacrificio que ha hecho “cuando mis primas salían y yo tenía que quedarme en mi casa estudiando” y de ver que al final el esfuerzo tiene su recompensa.

“Cuando finalice mis estudios y tenga un buen trabajo, sí que me gustaría casarme, tener mis hijos… Aunque también me gustaría hacer el grado de logística, si lo abren en Antequera, y trabajar en una empresa importante, y que vean los gitanos que las mujeres y las niñas que estamos estudiando, podemos llegar a tener un buen trabajo. Ser un referente para los que vienen detrás”.

La familia

Es la mayor de cuatro hermanos de una familia de Carcabuey, un pueblo de Córdoba. Sus padres, vendedores ambulantes, nunca estudiaron. Y precisamente porque no tuvieron esa oportunidad, quieren para sus hijos una vida mejor, y han insistido mucho en que estudien, “porque si tú tienes una educación puedes optar a un trabajo”. Es una afirmación que Saray tiene muy interiorizada desde pequeña.

Sus estudios

Actualmente está cursando un grado superior de ventas y marketing, concretamente Gestión de Ventas y Espacios Comerciales. Está en segundo y ya este año se gradúa (al comentarlo no puede evitar acompañarlo de una sonrisa). Ha sido ella quien ha elegido este grado y le gusta mucho lo que estudia. Lo cursa en un instituto concertado.

Cuando se le pregunta si saca buenas notas, ella contesta: “Sí, aunque bueno, me quedo en el notable… Podría sacar más nota y llegar al sobresaliente, pero me baso en el notable y la verdad es que no me puedo quejar”.

Su vida del día a día

Va a clase por las mañanas. Al volver a casa del instituto, se hace la comida, come, recoge, friega y se pone a estudiar o a hacer trabajos de clase por la tarde. Al comentar que sabe cocinar y limpiar, no puede evitar una sonrisa de orgullo, y se explica: “desde los 12-13 años, siendo ya mayorcita, cuando mis padres se iban al mercadillo yo me encargaba de ayudar con la casa y con mis hermanos”.

¿Qué le gusta a Saray?

Le gusta el flamenco, el cante y el baile, “porque el flamenco es lo mío” Y aunque admite que no sabe bailar ni cantar, es flamenco lo que escucha normalmente”.

Deporte no hace. Iba al gimnasio, pero cuando empezó a estudiar lo dejó. Le gustaría pero no tiene tiempo. Le gusta correr, hacer senderismo, andar en la naturaleza…

¿Qué significa para ti ser gitana?

“Para mí ser gitana es un orgullo. Orgullosa de ser gitana, y orgullosa de ser la única de mis primas que sigue estudiando, que no estoy casada ni tengo niños. Soy un referente para otras, como por ejemplo mi hermana, que quiere ser médico o algo relacionado con la medicina…”

¿Alguna vez has tenido problemas por el hecho de ser gitana?

“Sí, sobre todo en la ESO. Los niños se metían contigo, “gitana, no sé qué…”, pero a mí no me ha importado, lo he dejado estar, no les seguía la corriente”.

¿Qué quieres ser en el futuro?

“Me imagino trabajando en una empresa muy grande, relacionada con lo mío: en el departamento comercial, o de logística… Me gustaría que vean los gitanos que las mujeres, las niñas que estamos estudiando, podemos llegar a tener un buen trabajo. Eso es un referente para los que vienen detrás”.

¿Te vas a poner a trabajar en cuanto termines?

“Sí. Aunque también me gustaría hacer el grado de Logística, si lo abren en Antequera… Eso sería complementario a lo que yo he estudiado”.

¿Conduces?

“Me estoy sacando el carnet. Cuando termine los exámenes me voy a poner a preparar el teórico. La verdad es que lo necesito. En Antequera todas las empresas están en el polígono, y si quiero encontrar trabajo necesitaré el carnet de conducir.

En mi pueblo no puedo encontrar trabajo; hay empresas pero aquí hay muchísimas más empresas, van a montar el Puerto Seco, y tendré más posibilidad de encontrar trabajo”.

¿De qué te sientes tú más orgullosa?

"De lo que más me siento orgullosa es del sacrificio que he hecho -cuando mis primas salían y yo tenía que quedarme en mi casa estudiando- y al final el esfuerzo tiene su recompensa…”.

¿Quién ha sido tu referente?

“Mis padres, que me han ayudado, me han dado todo lo que he necesitado. Y también ellos siempre me han apoyado. Cuando en la ESO yo me quejaba de que no podía, ellos siempre me han estado animando: “que tú puedes, que tú lo vas a conseguir…”

¿Y a quien te gustaría parecerte de mayor?

“A mi prima Vanessa Jiménez. Porque he visto en ella que, si ella ha conseguido estar donde está, con su esfuerzo y su compromiso, todas podemos llegar”.

¿Te gustaría tener tu propia familia?

"Cuando yo termine mis estudios y tenga un buen trabajo, sí me gustaría casarme, tener mis hijos… Pero ahora mismo me centro en terminar el grado superior, hacer las prácticas y tener un buen trabajo”.

¿Te gustaría casarte con un gitano, o con un payo, o te da igual…?

“La verdad… a mí me gustaría casarme con un gitano” (sonríe)

¿Eres religiosa?

"Soy creyente, de la Iglesia Evangélica. Voy al culto, también en Antequera he ido al culto, allí he conocido a muchas personas, he hecho muy buenas amigas…”.

¿Cómo te gustaría que te vieran los demás?

“Como una niña que ha luchado por sus sueños, y que es una mujer trabajadora”.

No es una fotografía, es Saray. Saray es juventud, fuerza y vitalidad. Saray vuela y pisa fuerte a la vez. Es acción y movimiento, un faro para muchas y una luz para mí. No es una fotografía, es Saray.

Marichu López
Fotógrafa Colectivo FAMA