Lola
Cabrillana

Maestra, tuitera y escritora

Lola es gitana y maestra. Estudió educación especial y educación infantil, y empezó a trabajar, siendo muy joven, en un colegio de la Palma Palmilla.

Es muy vocacional: a las alumnas de su colegio las conoce desde los 4 años y les sigue la pista hasta la ESO. “Les repito una y otra vez que si se quieren pedir que se pidan, que si quieren vivir su cultura y sus tradiciones gitanas que lo hagan, pero que no dejen el colegio, que no dejen de estudiar”

También es tuitera, con más de 30.000 seguidores, y usa esta red social como un altavoz y un arma potente contra los estereotipos y el desconocimiento de la cultura gitana que a veces impera en la sociedad.

Lola además también es escritora y acaba de publicar su segunda novela: La Maestra Gitana, que ya va por su segunda edición, algo que no se esperaba y que al enterarse le hizo llorar de alegría en plena firma de libros.

Su familia

Lola es una mujer gitana de 50 años que vive en Benalmádena y es maestra de primaria. Nació en Málaga, en una familia muy humilde con sangre gitana, con los pilares importantes de la cultura gitana pero también con dos principios que en la familia les transmiten fuertemente desde pequeñitas a ella y a su hermana: el primero es que la formación es lo más importante, algo evidente pues en la familia de su padre hay varios profesores y varios profesionales con carrera. El segundo pilar son principios de igualdad entre el hombre y la mujer.

Una trayectoria de triple vía: maestra, pastelera y escritora

Al terminar el colegio Lola realizó un módulo de FP de educadora. Con este título empieza a trabajar en una guardería, y al mismo tiempo sigue estudiando y se saca el título de maestra de educación especial, y a continuación el de maestra de educación infantil.

Actualmente, y desde hace muchísimos años, trabaja en un colegio de la Palma Palmilla. Lola se describe como una maestra de vocación: “Yo sé que mi sitio es dar clases. Y me siento útil. Porque los entiendo, los comprendo, y tengo una comunicación más fácil y más sencilla con ellos que la que puedan tener otras profesoras”.

Y como su pasión siempre ha sido la pastelería, también dedicó un tiempo a estudiar pastelería creativa en varias partes del mundo, en Nueva York, en Bélgica… Y también, nos cuenta, ha impartido clases de pastelería creativa a gentes de todas partes del mundo. Hoy esta actividad la tiene un poco aparcada: “solo la pongo en práctica para los cumpleaños de amigos y para mi familia…”.

Hace ya algunos años nace la Lola escritora, cuando se lanza a escribir, con una prima suya, Voces color canela, un libro con las historias de 10 mujeres que habían sufrido racismo, y los relatos sobre cómo lo había vivido y canalizado cada una de ellas. "Lo escribimos y lo autopublicamos en Amazon. Fue tanto el éxito que muchas editoriales se interesaron y me llamaron para escribir con ellos. Y yo me quedé con editorial la más grande, con la que he publicado ahora La maestra gitana”.

Así ha sido cómo esta mujer gitana se ha convertido en escritora. En La Maestra Gitana, Lola ha introducido elementos de su propio entorno: una escuela, un mercadillo y una familia. Aunque recalca que no es un novela autobiográfica, uno de los personajes principales sí está inspirado en su padre.

Su día a día

Lola está separada y no tiene niños, aunque sí tiene una red social muy amplia y una familia inmensa.

Entre semana da clases en el colegio, y los fines de semana trabaja con su hermana en un mercadillo. Así que entre el colegio y el mercadillo está tan ocupada, que cuesta creer que aún tenga tiempo para escribir. Ella nos cuenta el secreto: tiene la suerte de vivir con su hermana, y es su hermana la que se encarga de todo en la casa para que ella pueda escribir. Eso es lo que le permite escribir, al día, un mínimo de dos horas y, cuando está de vacaciones, unas 6 ó 7 horas diarias.

Mujer, gitana, activista y tuitera

¿Cómo empezó Lola su activismo? “Yo me abro un twitter, y empiezo a expresarme. Y al hacerlo, siento que hay una corriente que va en contra de lo que yo expreso. Y entonces me doy cuenta de que hay mucho desconocimiento sobre la cultura gitana, errores y estereotipos que están muy instalados en la sociedad. A raíz de entenderlo empiezo a luchar contra eso y veo que a la gente le va gustando. Cada tuit se hace viral, y pienso: pues aquí hay un arma, un altavoz potente para luchar. Y a partir de mi activismo en las redes, hay muchos medios que me invitan a escribir artículos, me piden conferencias de cultura gitana, por las redes me invitan a expresarme… Tengo mucha presencia en redes sociales”.

Nos habla de estereotipos: “La gente tiene una idea de la cultura gitana que no es real. Por ejemplo, cada vez que hay un tiroteo, una pelea, se escucha: ¡ya lo están arreglando con las leyes gitanas! Nada más lejos de la realidad: precisamente, esas cosas pasan cuando las leyes gitanas han fallado. Las leyes gitanas se basan en el diálogo, en que una persona mayor, con respeto, resuelva un conflicto. Cuando eso no se resuelve así, es que han fallado las leyes gitanas. Y la gente entiende, mal entendido, que el pegarse tiros es parte de la ley gitana, y no es real”.

Difundir la cultura gitana.

Otra cosa que Lola tiene clara es que no se ama lo que no se conoce, y opina que la cultura gitana no se conoce. “Tú cuentas los hechos históricos que han vivido los gitanos, y la gente se echa las manos a la cabeza. Porque no lo conocían: la gran redada, todas las disposiciones legales que se han escrito en nuestra contra durante muchos años… Y de esa idea de que se conozca la historia y la cultura gitana nace la idea de escribir La maestra gitana”.

Ella siempre intenta que se conozca más la cultura gitana, que se sepa que todo tiene su explicación. “Un caso concreto es cuando alumna mía manda su curriculum, y le dicen: no te puedo contratar, porque te llamas Cortés, y si te meto aquí vas a venir con toda tu gente”. Y así no es fácil, para una persona gitana de un barrio marginal, salir de ahí. No tienen posibilidades”.

Las cosas que le gustaría que cambiaran.

"Me gustaría que la mujer gitana tuviera más formación. Y que pudiera acceder a tener un trabajo estable. Me encantaría pero es muy difícil. Yo animo a mis alumnas para que sigan estudiando, las conozco desde los 4 años y les sigo la pista hasta la ESO. Por eso, cuando con 14 o 15 años, alguna me dice que se ha pedido y va a dejar el colegio, para mí es una gran frustración… Les repito una y otra vez que si quieren vivir su cultura y sus tradiciones que lo hagan, pero que no dejen el colegio, que no dejen de estudiar. Creo que hay un tiempo para todo y quizá una mujer no tiene que ser madre a los 14 años”. 

Afortunadamente, opina Lola, cada vez hay más gitanas en redes sociales, haciendo activismo y contando su historia, diciendo que no son menos gitanas por no pedirse, y siendo altavoces de una nueva realidad que va llegando poco a poco. Y no solo se están transformando las más jóvenes, sino también las gitanas mayores, que empiezan a tener voz en las Redes Sociales: que esas mujeres más sabias se expresen también a través de TikTok o de Instagram es un cambio importante…”.

“Me gustaría que la historia de los gitanos se conociera más”. Lola opina que al conocer más y mejor la historia del pueblo gitano, se les entendería mejor. Y añade que hay una propuesta de ley muy interesante, y es que la historia del pueblo gitano se estudie en los institutos, ya incluida dentro del currículum.

Lola-web3

"Toda Lola es un grito penetrante de identidad, de orgullo, de reivindicación como gitana, como mujer gitana. Este retrato de Lola Cabrillana me recuerda que el sentimiento de pertenencia y el sentido del humor son las mejores armas contra el miedo y la opresión".

Lucía Villas
Fotógrafa Colectivo FAMA

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Lola Cabrillana

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Maestra, tuitera y escritora

Lola es gitana y maestra. Estudió educación especial y educación infantil, y empezó a trabajar, siendo muy joven, en un colegio de la Palma Palmilla.

Es muy vocacional: a las alumnas de su colegio las conoce desde los 4 años y les sigue la pista hasta la ESO. “Les repito una y otra vez que si se quieren pedir que se pidan, que si quieren vivir su cultura y sus tradiciones gitanas que lo hagan, pero que no dejen el colegio, que no dejen de estudiar”

También es tuitera, con más de 30.000 seguidores, y usa esta red social como un altavoz y un arma potente contra los estereotipos y el desconocimiento de la cultura gitana que a veces impera en la sociedad.

Lola además también es escritora y acaba de publicar su segunda novela: La Maestra Gitana, que ya va por su segunda edición, algo que no se esperaba y que al enterarse le hizo llorar de alegría en plena firma de libros.

Su familia

Lola es una mujer gitana de 50 años que vive en Benalmádena y es maestra de primaria. Nació en Málaga, en una familia muy humilde con sangre gitana, con los pilares importantes de la cultura gitana pero también con dos principios que en la familia les transmiten fuertemente desde pequeñitas a ella y a su hermana: el primero es que la formación es lo más importante, algo evidente pues en la familia de su padre hay varios profesores y varios profesionales con carrera. El segundo pilar son principios de igualdad entre el hombre y la mujer.

Una trayectoria de triple vía: maestra, pastelera y escritora

Al terminar el colegio Lola realizó un módulo de FP de educadora. Con este título empieza a trabajar en una guardería, y al mismo tiempo sigue estudiando y se saca el título de maestra de educación especial, y a continuación el de maestra de educación infantil.

Actualmente, y desde hace muchísimos años, trabaja en un colegio de la Palma Palmilla. Lola se describe como una maestra de vocación: “Yo sé que mi sitio es dar clases. Y me siento útil. Porque los entiendo, los comprendo, y tengo una comunicación más fácil y más sencilla con ellos que la que puedan tener otras profesoras”.

Y como su pasión siempre ha sido la pastelería, también dedicó un tiempo a estudiar pastelería creativa en varias partes del mundo, en Nueva York, en Bélgica… Y también, nos cuenta, ha impartido clases de pastelería creativa a gentes de todas partes del mundo. Hoy esta actividad la tiene un poco aparcada: “solo la pongo en práctica para los cumpleaños de amigos y para mi familia…”.

Hace ya algunos años nace la Lola escritora, cuando se lanza a escribir, con una prima suya, Voces color canela, un libro con las historias de 10 mujeres que habían sufrido racismo, y los relatos sobre cómo lo había vivido y canalizado cada una de ellas. "Lo escribimos y lo autopublicamos en Amazon. Fue tanto el éxito que muchas editoriales se interesaron y me llamaron para escribir con ellos. Y yo me quedé con editorial la más grande, con la que he publicado ahora La maestra gitana”.

Así ha sido cómo esta mujer gitana se ha convertido en escritora. En La Maestra Gitana, Lola ha introducido elementos de su propio entorno: una escuela, un mercadillo y una familia. Aunque recalca que no es un novela autobiográfica, uno de los personajes principales sí está inspirado en su padre.

Su día a día

Lola está separada y no tiene niños, aunque sí tiene una red social muy amplia y una familia inmensa.

Entre semana da clases en el colegio, y los fines de semana trabaja con su hermana en un mercadillo. Así que entre el colegio y el mercadillo está tan ocupada, que cuesta creer que aún tenga tiempo para escribir. Ella nos cuenta el secreto: tiene la suerte de vivir con su hermana, y es su hermana la que se encarga de todo en la casa para que ella pueda escribir. Eso es lo que le permite escribir, al día, un mínimo de dos horas y, cuando está de vacaciones, unas 6 ó 7 horas diarias.

Mujer, gitana, activista y tuitera

¿Cómo empezó Lola su activismo? “Yo me abro un twitter, y empiezo a expresarme. Y al hacerlo, siento que hay una corriente que va en contra de lo que yo expreso. Y entonces me doy cuenta de que hay mucho desconocimiento sobre la cultura gitana, errores y estereotipos que están muy instalados en la sociedad. A raíz de entenderlo empiezo a luchar contra eso y veo que a la gente le va gustando. Cada tuit se hace viral, y pienso: pues aquí hay un arma, un altavoz potente para luchar. Y a partir de mi activismo en las redes, hay muchos medios que me invitan a escribir artículos, me piden conferencias de cultura gitana, por las redes me invitan a expresarme… Tengo mucha presencia en redes sociales”.

Nos habla de estereotipos: “La gente tiene una idea de la cultura gitana que no es real. Por ejemplo, cada vez que hay un tiroteo, una pelea, se escucha: ¡ya lo están arreglando con las leyes gitanas! Nada más lejos de la realidad: precisamente, esas cosas pasan cuando las leyes gitanas han fallado. Las leyes gitanas se basan en el diálogo, en que una persona mayor, con respeto, resuelva un conflicto. Cuando eso no se resuelve así, es que han fallado las leyes gitanas. Y la gente entiende, mal entendido, que el pegarse tiros es parte de la ley gitana, y no es real”.

Difundir la cultura gitana.

Otra cosa que Lola tiene clara es que no se ama lo que no se conoce, y opina que la cultura gitana no se conoce. “Tú cuentas los hechos históricos que han vivido los gitanos, y la gente se echa las manos a la cabeza. Porque no lo conocían: la gran redada, todas las disposiciones legales que se han escrito en nuestra contra durante muchos años… Y de esa idea de que se conozca la historia y la cultura gitana nace la idea de escribir La maestra gitana”.

Ella siempre intenta que se conozca más la cultura gitana, que se sepa que todo tiene su explicación. “Un caso concreto es cuando alumna mía manda su curriculum, y le dicen: no te puedo contratar, porque te llamas Cortés, y si te meto aquí vas a venir con toda tu gente”. Y así no es fácil, para una persona gitana de un barrio marginal, salir de ahí. No tienen posibilidades”.

Las cosas que le gustaría que cambiaran.

"Me gustaría que la mujer gitana tuviera más formación. Y que pudiera acceder a tener un trabajo estable. Me encantaría pero es muy difícil. Yo animo a mis alumnas para que sigan estudiando, las conozco desde los 4 años y les sigo la pista hasta la ESO. Por eso, cuando con 14 o 15 años, alguna me dice que se ha pedido y va a dejar el colegio, para mí es una gran frustración… Les repito una y otra vez que si quieren vivir su cultura y sus tradiciones que lo hagan, pero que no dejen el colegio, que no dejen de estudiar. Creo que hay un tiempo para todo y quizá una mujer no tiene que ser madre a los 14 años”. 

Afortunadamente, opina Lola, cada vez hay más gitanas en redes sociales, haciendo activismo y contando su historia, diciendo que no son menos gitanas por no pedirse, y siendo altavoces de una nueva realidad que va llegando poco a poco. Y no solo se están transformando las más jóvenes, sino también las gitanas mayores, que empiezan a tener voz en las Redes Sociales: que esas mujeres más sabias se expresen también a través de TikTok o de Instagram es un cambio importante…”.

“Me gustaría que la historia de los gitanos se conociera más”. Lola opina que al conocer más y mejor la historia del pueblo gitano, se les entendería mejor. Y añade que hay una propuesta de ley muy interesante, y es que la historia del pueblo gitano se estudie en los institutos, ya incluida dentro del currículum.

"Toda Lola es un grito penetrante de identidad, de orgullo, de reivindicación como gitana, como mujer gitana. Este retrato de Lola Cabrillana me recuerda que el sentimiento de pertenencia y el sentido del humor son las mejores armas contra el miedo y la opresión".

Lucía Villas
Fotógrafa Colectivo FAMA

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